Hijos pródigos del hampa en un mundo nauseabundo
Frutos del futuro que no tiene rumbo
Con las bestias de concreto el vacío no es una opción
Cambian los corazones por calibre punto veintidós
En este orbe tan violento comer o llorar
Jamás ambos al mismo tiempo en la vida real
Nacidos humanos, criados por lobas
Rómulo y Remo, herederos de Roma
Robo como artista para no terminar muerto
Esquivo, ríos de sangre brotados del pavimento
Piso las aceras y no hay remordimientos
Soy profeta de este otro evangelio
Como titiritero, de saliva son mis hilos
Cuidado con mi ácido, deshago los vinilos
Queremos paraíso, al infierno no volvimos
Yo voy bendecido porque bien decido

La sal de mis ojos me lava la cara
Me cierra las llagas, esencia lavanda
Mi lengua es espada, también es coraza
El maná de mi casa, también de las masas
Del león conozco las fauces
Llámame el rey del escape
Papá de la casa se fue, nunca hicimos las pases
La calle me dio la mejor de mis clases
Nunca confiar, no confiar de más
Si matas con hierro, te van a matar
Como maldición una condena debo pagar
No existe el pecado original, es la pobreza sanguijuela que quiere adherirse a mi puta yugular

Vuelve a cambiar el beat y retomo el camino
Mamá me dijo: hijo, cuidado con el destino
Miré a sus ojos fijos y le dije:
Pintaré un futuro para todos como nunca se ha visto
Heredero de este arte de una tribu zulú
Ponen mis videos en YouTube como si fuera el Zoom
Nunca me descartes, cogito ergo sum
Escucha tu corazón y el tucún, tucún, tucún.
Mi dialecto es el ejemplo de lo complejo, no es de panfleto
Lo que escribo se convierte en manifiesto y yo represento
Ser un ser que está dispuesto a incendiar las llamas del Erebo
Con políticos y ricos dentro
Sueño tocar el cielo, pero sin perder el piso, ese ha sido mi único delito
Qué otro sacrificio quieres Virgilio, si ya he escrito con lágrimas las pesadillas de mi lecho

Miedo, ira, rabia
Observar cómo mi alma se desgrana
Miedo, ira, rabia
Ansiedad, qué será de mi mañana
Si me observo en el espejo no me reconozco
Soy solo un despojo de lo poco que conozco
El dolor del mundo reposa sobre mis hombros
Absorto, para no poder sobrevivir armé tanto alboroto
Sacrificio es mi día del juicio, esquizo, lleno de virtudes y vicios
Otro paso más y vacío, precipicio.
Siete manchas en la frente la marca de mi deliquio
Temblor con cada gota de mi sangre
Por los pensamientos que mi mente abstrae y caen
Sobre el hocico de un perro negro que me trae
Anteparaíso, mi última vía de escape